jueves, 11 de diciembre de 2014

A New Chapter: Capitulo 2 La desquiciada y el genio


Phillip- Me rehúso totalmente a enseñar o ayudar a alguien. Si necesita aprender o mejorar en sus estudios, que se pague un tutor particular. O a lo mejor que ponga su ignorante culo en una silla y se ponga a leer un libro. Yo no pienso ayudarle.

Profesor- Phillip, se que estás teniendo un año terrible. Tus padres me dijeron lo que pasó y…

Phillip- No necesito su misericordia.

Profesor- Phillip, como tu profesor tutor te digo que tu conducta desde que empezaron las clases son terribles. Menosprecias a los profesores, te burlas de tus compañeros…

Phillip- A mi defensa, se lo merecen. Les pasa por ser trogloditas.

Profesor- Necesitas ser más respetuoso con la gente. ¿Acaso quieres ir a Cambridge?

Phillip, acercándose al profesor- Váyase a la mierda, profesor.- El profesor se queda en silencio mientras ve como el muchacho agarra sus cosas y se marcha de la escuela.

Thomas, en la casa de Emma- ¿Eso te dijo?

Emma- Sí.

Hannah- Que bruja.

Los demás habían llegado sobre la marcha al saber lo que había sucedido. Realmente Emma no sabía si habían llegado muy rápido por las deudas de Thomas o por el hecho de que la rival era la ex de David. Tal vez era por Lucrecia, al final de cuentas, ya todo el mundo sabía que Thomas estaba lleno de deudas por todos lados.

Ian- Lo esencial ahora, es conseguir el dinero.

Emma- ¡Por supuesto! Porque esta casa no se va a convertir en un horrible bar inglés.

Sid- A veces pienso que en una vida pasada tú eras un duende o algo así…- Se levanta y con la mano le marca la estatura.- Hasta das con la altura de un duende.- Emma le pega en la boca del estómago.- Hija de…

Emma- Te lo mereces.

William- Hay algo que no me cierra… ¿Cómo es que David tenía una ex novia y Emma no tenía ni idea de eso? Antes sabías de todo, Em.

Sid- ¡Eso!- Mira a David- ¿Estaba buena?

Ian- ¡Hey! Tienes novia.

Sid- Sí. Novia…- Se levanta a buscar los cigarrillos que estaban en la maleta.

Willenton- ¿Sucedió algo?

Sid- ¿Podríamos no hablar de eso ahora? En serio, no estoy de humor…

Ian- Claro…

Emma- Bueno, continuemos. Conseguir dinero para pagar las deudas de Thomas.

Willenton- Por cierto, ¿Cuántas deudas tienes?- Le pregunta a Thomas.
David- Lucrecia nos dio todos los papeles en donde dicen sus deudas.- Se levanta y vuelve con una caja llena de papeles.-Son éstas.

Willenton- Santo cielo. Eres un desastre Thomas.

Thomas- Gracias. Me esfuerzo mucho para lograrlo.- Todos lo miran.- Era una broma. Tranquilos.- Mira a todos lados.- Por cierto, ¿y Sophie?

Emma- Hoy empezaba las clases en el colegio.

Sid- ¿Estará bien?

Willenton- ¿Por qué lo dices?

Sid- Y si Emma y David estudiaron en este país y quedaron así de locos no me imagino cómo terminará Sophie…

Thomas- ¡Estará bien! ¡Si no mírame a mí!

Sid- Tú no eres exactamente el mejor ejemplo de vida, Thomas.

Thomas- Te preocupas demasiado, ¿qué cosa mala podría pasar?

En la secundaria, Sophie estaba teniendo una crisis. No por la escuela nueva o sus compañeros, sino por ella misma. El doctor le había dicho que la medicación nueva era fuerte, que había efectos adversos, pero aun así tenía terror. Ya se había acostumbrado a perder el control de su cerebro pero ahora perder el control del resto de su cuerpo era más de lo que podía aguantar. El profesor tutor toca la puerta del baño de secretaría avisándole que el timbre de inicio de clases ya había sonado.

Sophie- Está bien. Tú puedes.- Se dice a sí misma mientras se quita las lágrimas de la cara. Se mira al espejo y sonríe.- Tú puedes.

Abre la puerta y camina por el pasillo de la escuela hasta llegar a su aula. Sonrió al ver el “5to” en la puerta, al fin de cuentas, ella nunca pensó que llegaría tan lejos. Entra al aula y se detiene.

Todos sus compañeros estaban hablando lo más bien, como si ella no existiese. Él ya sabía cómo era eso, se lo había ganado hace años debido a sus comentarios llenos de palabras que sólo conocería un dramaturgo inglés. Nunca pensó que la volvería a ver, tampoco había pensado que tenía su misma edad. Pero ahí estaba ella, parada, mirándolo fijamente. A medida que ella se acercaba, su corazón latía cada vez más fuerte y, aunque él quisiese, no podía controlarlo. Era la primera vez en su vida que tenía una reacción típicamente adolescente. Y de repente, ella estaba parada en frente de él.

Sophie- Hola.- Se sienta en la silla y lo mira.

Phillip, tratando a la fuerza de formar palabras- Ho…Hola.

Sophie- ¿Sabías que hay un pulpo araña atrás tuyo?

Phillip- ¿Disculpa?

Sophie- Descuida, no te hará daño.- Se da vuelta y saca sus cuadernos.

Y de repente, Phillip volvió a su actitud normal. Sintió pudor al haberse sentido atraído por una chica tan estúpida e infantil. Sacó su libro sobre enfermedades mentales y se lo puso a leer mientras el resto prestaba atención en clase.

Hannah estaba hojeando una revista de vestidos de novia mientras se tomaba un descanso. Mientras pasaba las hojas pensaba que hace mucho tiempo que no pasaba el tiempo con Ian, que se iba de un lado para otro por temas del trabajo. “De seguro me está engañando con todas las mujeres de Escocia”, pensó mientras veía un hermoso vestido Carolina Herrera. Cierra la revista y se levanta del piso para buscar algo para tomar pero cuando llega a la heladera, alguien toca el timbre.

Hombre- Hola, ¿Cómo estás?

Hannah- Hola, bien. ¿Tú?

Hombre- Estoy bien, gracias. Disculpa que te moleste es que hace tres días que no llega mi factura de luz y me preguntaba si no la recibiste por equivocación. Por cierto, me llamo Santiago.

Hannah- Hannah. ¿Podrías aguardar un momento? Me acabo de mudar con mi novio y aquí adentro es un completo desastre.

Santiago- ¿Novio? Dirás prometido.- Dice, mirando el anillo.

Hannah- Claro, todavía no me acostumbro a la idea.- Ambos ríen.- Bueno, me voy a buscar.

Santiago- Claro. Gracias.

Hannah desaparece un momento del lugar y vuelve a los minutos con un sobre en sus manos.

Hannah- Creo que hoy estás en tu día de suerte.- Le dice mientras le muestra la factura.- Aquí tienes.

Santiago- Muchas gracias.- Agarra el sobre y camina unos pasos. Se da vuelta.- Oye, ¿has almorzado?  

Hannah- No todavía. Aunque debería, ya son las dos de la tarde.

Santiago- ¿Quieres almorzar conmigo?- Hannah se queda en silencio- Oye, no es que quiera salir contigo ni nada, simplemente te estoy invitando a almorzar. Total, siempre tengo mucha comida en mi casa.
Hannah- Ja, ja. Está bien.- Cierra la puerta de su departamento y lo acompaña al joven hasta su departamento. “De todas formas Ian me engaña con todas, ¿qué hay de malo con almorzar con un chico lindo? Si somos vecinos…”

Las clases habían terminado y todos ya habían salido, excepto Phillip y Sophie que se tenían que quedar para hacer juntos  la tarea por orden del profesor. Hay que aclarar que Phillip estaba ahí a la fuerza, ya que había sido muy claro en su opinión con respecto a ser tutor de alguien. También hay que aclarar que no soportaba en lo más mínimo a Sophie, que se la pasaba diciendo incongruencias, a pesar de que él la consideraba atractiva.

Sophie- No entiendo…

Phillip- ¿Qué no entiendes?- Le contesta. A pesar de que estaban ahí hace una hora ella no había podido ni siquiera responder el primer ejercicio de matemáticas.

Sophie- Pues… los números. Digo, ¿Cuál es el significado del número 3?

Phillip- ¿En serio lo preguntas?

Sophie- Sí.

Phillip- Este es mi límite.- Se levanta de la silla y agarra su mochila.

Sophie- ¿Qué pasa?

Phillip- ¿Me estás jodiendo? ¿O eres así de estúpida todo el año? Porque no puedo estar perdiendo mi tiempo con una persona que no entiende un concepto tan simple como lo son los números. ¿Sabes? Me importa un bledo que entiendas o no, de todas formas yo no quería estar aquí. Ve y pavonéate con un profesor particular. Porque a mí ya me hartaste.- Se va del lugar.

Sophie- Perdón.- Dice aguantándose las lágrimas.

(Aclaración: Sophie empieza a cantar “Sinking Friendships” de Jónsi).


Phillip estaba caminando por el pasillo de la escuela para salir mientras pensaba en la actitud de Sophie y su respuesta un poco agresiva hasta que se detiene por completo. Se da vuelta y corre hacia el aula donde ve a través de la puerta a Sophie que, llorando a mares mientras cantaba, estaba tratando de poner sus útiles en su mochila pero no podía porque las manos le temblaban terriblemente.

En ese momento la muchacha se rinde y se pone realmente a llorar. Ya no soportaba la medicación, no soportaba no poder controlar ni su cuerpo ni su mente, no soportaba esa vida horrible. Mira la puerta y ve que Phillip estaba ahí parado, mirándola. Y a los instantes se va corriendo después de que sus miradas se cruzaron. Ya no soportaba esa vida horrible… y mucho menos ahora que él sabía su secreto.

Capítulo 2. Fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario