domingo, 8 de febrero de 2015

A New Chapter: Capítulo 7 La cláusula


Emma se levanta de la cama y se va hacia la cocina para prepararse un té. Cuando se sirve la taza nota que hay gente de la compañía de mudanzas que empieza a llevarse cosas mientras ella observa.

(Aclaración: Emma empieza a cantar “Thank You” de Dido).


Cuando termina de cantar se queda mirando la casa que estaba ya casi vacía y que, a través de la ventana, había llegado William. Y en ese momento pensó que las cosas iban a mejorar porque él estaba ahí.

Unas semanas antes

Phillip y Sophie estaban en el patio de la escuela mirando como el resto de los chicos de la secundaria hablaban y reían. Luego Phillip corta el silencio.

Phillip- Me iría en unos días para hacer la entrevista con el decano y buscar los libros. Luego, si todo sale bien, empezaría las clases el próximo año allá.- Mira a Sophie, que estaba callada. Claramente no se sentía feliz con la situación.- Es la mejor universidad para un estudiante de psiquiatría como yo así que estaré tan ocupado que no saldré de las aulas.- Dice y se ríe.- ¿Por qué estás tan callada? Ni que te estuviera dejando…

Sophie- ¿Pero no lo estás haciendo?- Le dice y se levanta, con lágrimas en los ojos. No entendía la emoción de Phillip ni por qué se iba tan lejos. Mejor dicho, no entendió nada de la conversación como solía pasarle.- ¿Por qué no me dices simplemente que ya no me quieres?

Phillip- ¿Qué?- Sophie se va corriendo del lugar y él la sigue pero se choca con un profesor y la pierde de vista.

Profesor- Ah, Phillip. ¿Me harías el favor de buscar todas las libretas? Hoy salen temprano.- Observa un momento al chico.- Oye, ¿te encuentras bien?

Phillip- Sí. Ya voy por las libretas.- Dice mientras se aleja del profesor.

En otro lugar de la Ciudad de Buenos Aires, Emma y Lucrecia estaban discutiendo, como solía pasar cada vez que se encontraban, por la casa.

Emma- ¿No era que nos daban todo el año? ¡Thomas!

Thomas- Perdón, me había olvidado de esa cláusula.- Se ríe.- Sucede que al tipo al que le compré la casa le tenía fobia a la letra “i” por eso salió la cláusula. ¡Toda una locura!

Lucrecia- Exacto, su tiempo ya se les acabó para pagar la casa.

Emma- No importa. Nosotros pagamos todas las deudas, por lo tanto la casa es nuestra.- Dice, mientras se lleva a sí misma el título de la casa pero la detiene la otra muchacha.

Lucrecia- Espera un momento. ¿Y la factura del ABL de marzo de 1994?

Emma- ¿De qué estás hablando?

Lucrecia- No está pagada…- Le dice y le muestra que efectivamente estaba en lo cierto. Lucrecia muestra una sonrisa cuasi macabra.

Emma- Déjame ver.- Los ojos se le abren tanto que si fuese un dibujo animado se le hubiesen salido de la sorpresa. Claramente no la habían pagado.- No puede ser.- De repente recuerda que las facturas de la casa estaban en una caja de cartón, que hace unos meses se le había caído a Phillip, el novio o algo parecido de Sophie.- Ay, no.

Lucrecia- JA, JA, JA. ¡La casa es mía por fin! ¡En tu cara estúpida!- Emma se abalanza sobre ella y se empiezan a pelear.

Thomas- Chicas esperen.- Las dos chicas lo miran con rabia.- Encontré otra cláusula que podría interesarles.- Las dos cruzan los brazos.- Bueno, resulta que al viejo le gustaba parecer importante entonces escribió una cláusula que decía que si la casa se vendía tenía que ir a subasta pública. Tendrán que pelear contra desconocidos por la casa chicas.

Lucrecia- ¿¡En dónde está eso!?

Thomas- Aquí.- Le muestra el párrafo de la hoja del contrato.- Me había olvidado que existía.

Lucrecia- No es cierto. ¡Esto es injusto!

Thomas- Tan injusto como que la casa de Brian O’Rilley termine siendo un bar inglés. Lo lamento niña, pero así son las reglas del juego.- Lucrecia se pone toda roja de la furia y se va corriendo del lugar, siendo seguida por el abogado. Emma mira a Thomas mientras se levanta.

Emma- ¿Eso es cierto?

Thomas- Así es. Así yo conseguí la casa.

Emma- ¿Y cuanto te salió?

Thomas- Diez dólares.

Emma- ¿Qué?

Thomas- Es una broma. ¿Ni siquiera me acuerdo que hice ayer y piensas que recuerde cuánto me salió una casa que compré en los ochentas?- Los dos salen del edificio.

Emma- Buen punto.

A las cuatro sale Phillip de la escuela, el resto había salido a las dos, y camina unas cuadras cuando en la parada de colectivo alguien le pregunta:

-Oye, ¿Tienes fuego?

Phillip- Disculpa, no fumo.- Dice mientras se da vuelta y luego esa persona le golpea la cabeza que lo desmaya al instante.

Cuando se despierta, nota que estaba en un lugar casi conocido pero las personas que estaban ahí nunca las había visto. Efectivamente, estaba en la casa de Sophie pero no tenía ni idea quiénes eran el melenudo metalero y el punk que estaba fumando un cigarrillo. También notó que estaba amarrado con cinta metálica a una silla y que su boca estaba tapada. Claramente, eso no era bueno, en especial cuando la cabeza le estaba sangrando por el golpe que le dieron.

Sid- ¿Con que tú eres Phillip? O eres más que un muchacho bajito y debilucho…- Le quita con fuerza la cinta.

Phillip- Todavía estoy en crecimiento, pseudo punk burgués.

Sid- ¿Qué me dijiste?- David lo detiene.

David- Tranquilo Sid.

Sid- Pero David…

Phillip- Sid y David. Son los peores secuestradores de la historia.

David- ¡Ya me estás irritando muchacho! ¡Primero le rompes el corazón a Sophie y ahora te haces el superado cuando estás secuestrado!

Phillip- ¡Yo no le rompí el corazón a Sophie!- Sid le pega.

Sid- ¡No mientas!

Phillip- ¡No es mi culpa que ella entienda todo mal al igual que ustedes!

David- ¿Nos llamó estúpidos?- Le pregunta a Sid.

Phillip- Ustedes mismos se llaman así.- Los dos lo miran y cada uno le da una cachetada.

David- ¿Sabes qué paso cuando Sophie llegó aquí a eso de las dos? Entró a su cuarto y se puso a llorar. Por tu culpa.

Phillip- ¿Sophie está aquí? ¡Sophie! ¡Sophie!- Le ponen devuelta cinta adhesiva en la boca.

Sid- Creo que no estamos avanzando…

David- ¿Tú crees?- Se abre la puerta del cuarto de Sophie y los dos amigos tapan a Phillip con una gran frazada roja.

Sophie- ¿Qué sucede? Escuché que me llamaban.- Se queda mirando a la frazada roja.- ¿Qué hay ahí?

Sid- No, no te llamamos. Em, eso…

David- Sid y yo estamos haciendo una escultura.

Sophie- ¿Qué se mueve?

Sid- Baila el hula-hula.- David lo mira.

Sophie- ¿Puedo verla?

David- Todavía no está terminada, dulzura. Cuando la terminemos te llamamos.

Sophie- Esta bien.- Dice y entra devuelta a su cuarto. Los dos amigos suspiran de alivio.

David- ¿Hula-hula?- Saca la frazada.

Sid- Bueno, no se me ocurrió otra cosa.- Sophie abre la puerta de golpe.

Sophie- Esperen, David nunca me llama “dulzura”. ¿Phillip?- Dice, sorprendida.

Sid- Podemos explicarlo.

Sophie- ¿Cómo pueden explicarlo?- Le quita la cinta con fuerza.- ¡Bestias!

David- ¡Él es la bestia que te dejó!

Phillip- Yo no la dejé…

Sophie, Sid y David- ¡Callate!

Emma- ¿Qué pasa aquí?- Todos, incluso Phillip que estaba amarrado, la miran sorprendidos.- ¿Por qué el “amigo” de Sophie está pegado con cinta adhesiva a una silla?

David- Emmm…- En un instante le quita al muchacho toda la cinta que lo cubría y lo abraza como si fuesen amigos desde pequeños.- ¿En dónde hay cinta adhesiva?

Phillip- En tu otra mano, atrás de tu espalda…- David lo mira.- Digo, ja, ja, ja.

Emma- ¿Me pueden explicar que sucedió aquí? No importa, llamaré a los padres de Phillip. No debería estar aquí.- Agarra su teléfono y llama a los padres de Phillip.- ¿Hola? ¿Hablo con la mamá de Phillip?

Phillip- ¿De dónde sacó el número?

Sid- Es información clasificada, bicho.- Lo mira de arriba abajo.- Sophie, ¿qué es lo que le viste a este niño?

Phillip- ¿Qué? ¿Te enoja que Sophie ya no se interese por ti? Qué infantil…

Sophie- ¡No peleen! Phillip, perdona por todo esto…

David- ¡Él debería disculparse por lo que te hizo!

Sophie- ¿De qué hablas? Phillip yo…- De repente se escucha el ruido de una bocina procedente del auto de la mamá del muchacho. Phillip se levanta de la silla y va hacia el auto, sin siquiera despedirse de Sophie, en donde estaban su madre y Niklas. Se lo veía un tanto molesto por toda la situación y mareado por los golpes. El auto empieza a marchar y se alejan de la casa mientras los otros observan desde la puerta de ésta.

(Aclaración: De fondo se empieza a escuchar la canción “Don’t Let Me Be Lonely” de The Band Perry).


Sophie empieza a correr tratando de alcanzar el auto, que estaba bastante lejos, mientras David, Emma, Sid y Thomas (aunque muy atrás en la marcha porque es bastante vago) la seguían. De repente, a unas cuadras de distancia, el auto en donde iba Phillip se detiene y sale el muchacho del vehículo corriendo hacia ella hasta que quedan a unos metros de distancia.

Sophie- Perdón por todo. Por los golpes y por creer que me dejarías, sabes que yo no entiendo las cosas hasta que pasan las horas y todo se vuelve más claro… soy una tonta y, y…- Phillip la abraza fuerte justo cuando los otros se quedan mirando la situación. Se quedan así unos minutos hasta que Phillip la suelta porque le suena el teléfono.

Phillip- ¿Hola?

Niklas- ¡Bésala ya!- Phillip se da vuelta y mira hacia el coche en dónde estaban observando Niklas y Sarah.- ¿¡Qué están esperando!? ¡Bésense de una vez!- Phillip empieza a reír a carcajadas mientras Sophie lo mira sin entender.

Sophie- ¿Qué sucede?

Phillip- Nada.- Dice y al instante la besa mientras sus padres se chocan los puños, Emma sonríe, David suspira como señal de que se da por vencido en el tema “el novio de Sophie” y Thomas le tapa los ojos a Sid.

Sid- ¿Qué sucede?

Todos observan a Sid y empiezan a reír. No importaba si Phillip se iba a Praga a estudiar, si de algo estaban seguros es que esa pareja iba a durar mucho tiempo…


Capítulo 7. Fin.

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