William
mira a Emma que estaba atrás de la ventana de la casa mientras la gente de la
mudanza sacaba los muebles de allí. Se saca los lentes y entra a la residencia
mientras lo observan Sophie y David.
Sophie-
¿Por qué Emma no tiene que esperar hasta tener 57 años para tener novio y yo
sí?
David-
Porque lo digo yo.
Sophie-
Eso es muy imparcial…
David-
¿Desde cuándo hablas palabras tan difíciles?
Sophie-
Desde que tengo un novio genio.- Dice, sonriendo.
William
cierra la puerta de la casa en silencio mientras Emma seguía mirando a la gente
de la mudanza. Se apoya en el barandal de la escalera y mira de arriba abajo el
lugar.
William-
Es la primera vez que veo la casa tan limpia.- Emma sonríe.
Emma-
Hay que contratarlos más seguido…- Se quedan en silencio.- ¿Cómo estás?
William-
He estado peor.- La observa.- Fue sólo una decaída, ya estoy bien.
Emma-
¿Seguro?
William-
Sí.- Ambos se callan. William va hacia donde había un papel en el piso y lo
levanta. Era la factura restante de la casa.- Te dije que había que pagar
primero el ABL.
Emma-
Yo me siento fatal y encima me regañas.
William-
Perdón.
Emma-
Me enteré por ahí que vas a publicar el libro que estabas escribiendo.
Felicitaciones.
William-
Gracias. Creo que fue lo más catártico y sincero que he escrito en mi vida.-
Ríe tímidamente y se queda en silencio. Emma mira el papel que le había
entregado William.
Emma-
Will…
William-
¿Qué sucede?
Emma-
Desde hace tiempo quería decirte algo…- William la mira con una expresión rara,
como cuando estaba concentrado en su computadora haciendo algo.- Olvídalo.
William-
No entiendo. ¿Qué te pasa?
Emma-
Nada.
William-
Emma.- La sostiene con los brazos y la mira fijamente.- ¿Te peleaste con David?
¿Es el tema del novio de Sophie? ¿Sucede algo con la casa?
Emma-
Me gustas.- William la suelta.- Desde hace tiempo.- Lo mira, estaba él pálido
como el papel.- ¡Es una broma!- Dice con un tono tan falso que ni siquiera
Sophie le creería.
William-
¿Desde hace… específicamente?
Emma-
Desde que vinimos aquí por primera vez.
William-
No lo puedo creer…
Emma-
¿Qué? ¿Acaso yo no me puedo enamorar de nadie?
William-
A mí también me gustas. Desde que nos conocimos. En Manchester.- Emma lo
observa sorprendida.- Debí decírtelo pero… no quería decepcionar a Antonio.
Emma-
Luego, empezaste a salir con Rutka.
William-
Sí.- Se toca la muñeca izquierda.- Debí decírtelo, ¿no?
Emma-
¡Por supuesto que sí, idiota! Todo este tiempo yo estaba nerviosa porque
pensaba que me rechazarías y ¡resulta que sentíamos lo mismo!- William suelta
una carcajada.
William- Bueno, digamos que das un poco de
miedo a veces. Además, pensaba que me odiabas porque siempre nos peleamos…
Emma-
¿¡Pero qué quieres!? ¡Si siempre haces algo que me enoja!- William se vuelve a
reír y Emma se queda en silencio.- ¿Y ahora? Ya que sabemos lo que uno siente
por el otro, ¿qué hacemos?
William-
Nada. No creo que sea momento para algo
entre nosotros.
Emma-
¿Qué?- Dice, sorprendida.
William-
Mira, actualmente sufro de una depresión grave y recién he salido de una
decaída. No creo que sea bueno lo nuestro.
Emma-
¿Y eso que tiene que ver?
William-
Hasta ahora tú eres la única razón por la que estoy mejorando.- Emma se queda
en silencio, no se esperaba que William fuese tan franco.- Cuando me siento mal
y creo que sería más fácil volver a flagelarme pienso en la vez que me dijiste
que serías mi soporte y aunque me caiga a pedazos como esta casa… sigo de pie
por ti. Si fuésemos pareja y termináramos, pues, sinceramente no se qué
haría.
Emma-
Claro, porque piensas en que terminamos cuando ni siquiera
empezamos…- Dice con
ironía.
William-
Es una posibilidad. No todas las parejas duran para siempre.- Se quedan en
silencio otra vez.- Sé que suena egoísta pensar en mi cuando estar de pareja
depende de dos partes pero no quiero serte una carga.
Emma-
¡No lo eres!
William-
Si lo soy. Tú nos ayudas a todos pero cuando estás en problemas nadie está
contigo. Por eso quiero ser más fuerte, aprender a tener más valor para
afrontar yo mismo mis problemas y depender de mi mismo. Quiero aprender a ayudarte
cuando tengas problemas y ser tu soporte tal como tú lo fuiste todo este
tiempo. Y cuando pueda hacerlo te preguntaré como se debe si quieres salir
conmigo. ¿De acuerdo?
Emma-
De acuerdo.- Dice sonriendo y aguantándose las lágrimas.
William-
¡Ahora tenemos que enfocarnos en recuperar la casa! ¿Qué dices?- Le agarra la
mano y la dirige a la puerta.
Emma-
Ganémosle a esa bruja.- Ambos ríen y salen de la casa de la mano.
Unos
días después llega el día acordado de la subasta pública por la casa antigua de
Thomas. William, Emma, David, Thomas, Sophie y Sid se presentaron al precinto a
luchar y pujar por esa casa media venida a menos hasta la muerte, en especial
cuando uno de sus contrincantes era Lucrecia.
Lucrecia-
Que gane el mejor.- Les dijo unas horas antes de entrar a la sala de subastas.
Emma-
Ay, gracias. Ya sabemos que vamos a ganar.- Le responde mientras le muestra una
sonrisa. Si algo sabía hacer Emma a la perfección era provocar a otra gente.
Ahora
estaban todos sentados en la sala, esperando el momento en que el lote de la
casa entrara en escena. Y no debieron esperar mucho porque apenas media hora
después de que empezó la subasta llegaron a ese lote. Las pujas empezaron a
hacerse escuchar y los sobres también empezaron a aparecer en escena. No sólo
ellos y Lucrecia, sino mucha gente desconocida que quería la casa de ese viejo
loco fóbico de las íes que le dio la casa a Thomas por apenas diez dólares.
Lucrecia-
Yo ofrezco diez mil dólares.
En
ese momento toda la sala se quedo conmocionada. Esa era la cifra más alta que
había alcanzado la casa y Emma y el resto de los chicos no podían dar más.
Lucrecia se dio vuelta, estaba en la primera fila, y los miró a ellos con esa
sonrisa que mostraba cuando por fin había ganado una dura batalla.
Martillero-
¿Alguien más va a ofrecer por la casa?- Nadie respondió al comentario.- Bueno,
entonces…- Levanta el martillo pero se detiene cuando una mujer al lado de él,
que tenía un teléfono en la mano, dice algo.
Mujer-
Alguien que llamó hace unos segundos ofrece ochenta mil dólares por la casa.-
Todos se quedan sorprendidos. Claramente la cifra era una barbaridad para una
casa como esa. Emma se alegró al ver que la sonrisa de Lucrecia poco a poco se
borraba de su cara.
Martillero-
Señorita, ¿usted va a ofrecer otra cifra?- Lucrecia lo mira y niega con la
cabeza. El martillo cae y se escucha en toda la sala el sonido que da por
vendida la casa.- ¡Vendida! ¿Quién es el afortunado que compró la casa?
Mujer-
Ahora le pregunto… ¿cuál es su nombre?
Hannah-
Mi nombre es Hannah Litzvowich de Hewitt.- Dice mientras entra en la sala y
corta la llamada. Al instante entra Ian y le rodea los hombros con el brazo.
Ian-
Lucrecia.- Lucrecia se da vuelta y lo mira.- Así se compra una casa.- La
muchacha se levanta de la silla y se para enfrente de ellos con una mirada de
furia absoluta.
Lucrecia-
Me las van a pagar.
Ian-
¿Escuchaste ese zumbido amor?
Hannah-
¿Cuál zumbido?
Ian-
Ese que viene de una chica pobre que al final no va a poder hacer su bar
inglés.- Ambos ríen mientras Lucrecia se va del lugar furiosa. Sus amigos se
acercan y los abrazan.
Hannah-
¡Upper East Side gana la guerra!
Emma-
Pero, ¿por qué compraron la casa?
Hannah-
Pensaba hacerme un gran vestidor y ya que soy multimillonaria…- Emma la mira
con furia.- Es una broma. William nos llamó y nos dijo que la casa iba a ser
vendida…
Ian-
Así que la compramos.- Emma lo mira a William sorprendida y éste le sonríe.
Hannah-
Además…- Emma los vuelve a mirar a ellos.
Ian-
Además te debo un favor.
Emma-
¿Por qué?- Mira a Hannah que estaba agarrada de la mano de Ian. La pareja se
mira y sonríe.
Ian-
Tú sabes por qué.- Le muestra el título de la casa.- Creo que esto es tuyo.-
Emma agarra el título.- Pero con una condición.- Todos se miran en silencio y
con una mirada de duda, excepto Hannah e Ian que tenían una mirada de absoluta
complicidad.
Olivia-
¿Y cuál era la condición?- Dice la niña de siete años luego de escuchar
pacientemente la historia que le contó William mientras intentaba volverla a
dormir.
William-
Pues, la condición que pusieron tus padres para que Emma se quedase con la casa
es que allí se hiciese la fiesta de casamiento. Luego de ello, la casa se
transformaría en el bar “The Lucky Leprechaun”.
Olivia-
¿O sea que las fotos de casa son del patio del viejo campamento de música?
William-
Así es. Las fotos que hay en tu casa son de la fiesta de casamiento que se hizo
en la antigua casa de Thomas.
Olivia-
Genial.
William-
Ahora, a dormir. Sino tus padres me retaran mañana porque te acuestas tarde.
Olivia-
¡Pero no terminaste!
William-
Te lo termino de contar todo mañana, en el desayuno. ¿Sí?- Le besa la frente y
la arropa. Luego se levanta y apaga la luz del cuarto. Camina por el pasillo y
se sienta en el sillón del living, luego de ponerse los lentes de lectura.
Emma-
¿Ya se durmió?
William-
Así es.
Emma-
¿Vas a leer toda la noche?- Dice mientras se saca el delantal de cocina. Al día
siguiente celebrarían el cumpleaños de David y, como siempre, Emma era la
pastelera oficial.
William-
Probablemente. ¿Por?
Emma-
Por nada. Simplemente se me ocurría que, ya que David todavía no volvió de
España, Sophie está en República Checa y Olivia está durmiendo, podríamos
divertirnos un rato. Pero si quieres leer…- Dice mientras camina por el pasillo
hacia su habitación mientras William la observa. Éste sonríe, se quita los
anteojos y deja su novela, la primera de muchas, en la mesita al lado del
sillón, específicamente al lado de un portarretrato que tenía una foto del día
que egresaron de la secundaria. Se levanta del sillón y va hacia el cuarto,
cerrando la puerta luego de entrar.
Bonus
Track
En
la fiesta de casamiento de Ian y Hannah, estaban todos celebrando la felicidad
de los recién casados hasta que Sid, David y William se levantan, se sitúan en
un telón y logran captar la atención de todos los invitados.
Sid-
Bueno, lamento arruinar la diversión de todos pero me llegó un tuit de una
chica que dice que Ian le llenó la cocina de humo.- Todos se quedan callados.-
Era una broma.- William toca con la batería la típica melodía de un mal chiste
y todos se ríen. Sid se da vuelta y lo mira.- Ya entendí, soy malo haciendo
chistes.- Se va hacia el piano.
David,
que tenía la guitarra- Sacando de lado la idiotez de Sid… Hannah, Ian nos pidió
que tocáramos esto para ti.
(Aclaración:
Los tres muchachos empiezan a tocar “Thinking Out Loud” de Ed Sheeran, con Sid
como la voz de la canción).
Ian
invita a su recién esposa a bailar y ella acepta. Ambos bailan su primer baile
de recién casados mientras sus amigos interpretan la canción y todos los demás
observan a la enamorada pareja hasta que termina.
Capítulo
8. Fin.
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